Controla tu lengua
– Dime, loco. Tu tá como achochao. Vamo pal río. – No, loco. No toi poi cogei calle hoy. |
Cuando hablamos con nuestros amigos nos mantenemos relajados, estamos en confianza y los modismos nacen naturalmente. Quienes participan de la conversación no se esfuerzan por pronunciar, vocalizar o utilizar un vocabulario extenso. No tienen por qué. De la manera en que lo hacen funciona en ese contexto y se cumple el propósito de la lengua: comunicarse. Su uso es común en las situaciones cotidianas de la vida. Para utilizar la lengua en este contexto no hace falta escolaridad, basta con escuchar a otros e imitarlos. La lengua sirve entonces para expresar no solo el pensamiento sino la estructura cultural de los hablantes. Cuando escuchamos a alguien o leemos sus mensajes nos hacemos una idea de su formación, de su nivel de educación y su forma de vida.
Si, por el contrario, nos encontramos en una situación donde la relación de los hablantes es asimétrica, es decir, uno de los participantes tiene un estatus social, político, económico o religioso diferente, o dependemos de esa interrelación para lograr metas a corto, mediano o largo plazo se recurre a anular palabras que puedan provocar incomprensión (cultismos, arcaísmos) o rechazo (vulgarismos) por parte del receptor. El vocabulario es más cuidado y emplean un nivel de lengua cuidadoso pero comprensible. En este momento se hace uso de lo que se aprehende de la escuela y de los escenarios académicos. Este marco es aplicable a cualquier situación comunicativa. Son el contexto y la intención los principales responsables de la elección de nuestra forma de hablar y si violentamos las circunstancias que acompañan a la propia comunicación corremos el riesgo de ser inapropiados. Ya lo han sufrido en carne propia autoridades políticas de nuestro país que, obviando las máximas comunicativas, se han atrevido a decir a medios nacionales e internacionales «El que me dice una vaina a mí, yo la contesto» o El “monito” está grabando» para referirse a una persona con cámara en mano. El rechazo popular es automático.
Es decir, hay diversos factores que condicionan la comunicación, como lo son el espacio y el tiempo en que tiene lugar. Además de la cultura que tiene el emisor que envía el mensaje, igual que la que tiene el receptor, que lo recibe. El contexto comunicativo tiene por lo menos tres dimensiones básicas: una física, o sea, el entorno concreto o espacio físico de comunicación; b) otra temporal, que abarca el momento diario e histórico de comunicación, además de la secuencia de las unidades comunicativas, y c) otra sociopatológica, es decir, las reglas culturales, la formalidad de la situación o las relaciones entre los interlocutores incluyendo su posible amistad.
Vivimos en un mundo interconectado donde las habilidades comunicativas son garantía de nuestra formación y de seguro nos abrirá muchísimas puertas en el mercado laboral. Entonces, controla tu lengua.
el español dominicano es la variedad del idioma castellano hablado en la República Dominicana, este se caracteriza principalmente por la creación y conservación de palabras pocos usadas en otros lugares. El español dominicano no es una lengua pura sino mezclada, tiene sus raíces principales en los dialectos de las regiones españolas de Andalucía y Canarias. Aunque posee influencia africana e indígena en su vocabulario.
Con respecto al artículo; los dominicanos adoptamos distintas maneras de hablar dependiendo el tipo de público que sea. Si estamos sosteniendo una conversación con una persona intelectual , debemos poner en práctica nuestros conocimientos y hablar de forma adecuada para no parecer vulgares e incomprensibles.
Pero si nos encontramos teniendo una conversación con amigos y personas de confianza ya tenemos una manera distinta de hablar de manera arcaica.
Los dominicanos utilizamos diferentes términos para comunicarnos entre nosotros mismos. Por ejemplo :
Ya tú sabe: frase recurrente para confirmar algo.
Sancochar: hervir o guisar un alimento.
Esa vaina: es aplicable a “esa cosa”, sin importar el tipo.
Un chin: se dice de algo para expresar “un poco”. Puede ser temporal (un chin de tiempo) o material (échale un chin de agua).
Tumbe = golpe, atraco, asalto.
Metérsele emisoras en la cabeza = tener cruce de otros temas cuando habla de una cosa.
Pa que sepa = para que lo entiendas bien.
Tipo, tipa = persona, expresión genérica; tipo raro, sospechoso.
Hacerse el loco = mostrarse indiferente, como que no sabe algo.
Entre otros …
En el español dominicano podemos observar el uso de los arcaísmos, los cuales a pesar de no ser utilizados con frecuencia son todavía conocidos por la gran mayoría de los pueblos y su uso no es extraño. (ejemplo de los mismos son las palabras Anafe , bregar , carátulas , malmara, etc )
No todos tenemos la misma capacidad de organizar o transmitir un significado fundamental que sea comunicativo para las personas, aunque implique la planificación o enseñanza de la lengua o el proceso de aprendizaje para lograrlo.